viernes, 5 de diciembre de 2014

Desarrollo infantil y particularidades en los TEA – Parte I



bebe jugandoCualquier persona, con independencia de su hecho individual y circunstancial,se hace en el transcurso de su vida, en adecuación a su contexto y medio sociocultural, siendo, cualquier individuo, susceptible de cambio y progreso en su desarrollo, optimizándose sus capacidades y ejercitándose en habilidades con relación a su medio
Diego Jesús Luque Parra
Universidad de Málaga, España

Introducción

Hablar de desarrollo es un tema importante, ya que nos da una visión más integradora de este proceso, el cual es multidimensional y de reconstrucción y reorganización permanente, el desarrollo socio – emocional, cognitivo, del lenguaje y motor no es lineal sino que se caracteriza por un funcionamiento irregular de avances y retrocesos.  Esto lo convierte en un  proceso de formación progresiva de la persona, donde se integran los factores personales y ambientales, valorando los condicionantes y las circunstancias externas al individuo, como propios de la socialización.
En su libro “Desarrollo infantil y competencias en la primera infancia”  Rebeca Puche Navarro y colaboradores, hacen un análisis sobre las teorías tradicionales del desarrollo y hacia donde debe verse éste a partir de una nueva concepción donde se especifica  la necesidad de abandonar la comprensión del desarrollo como una sucesión estable de etapas y de avanzar hacia una descripción del funcionamiento intelectual como un espacio en el que conviven el conocimiento implícito y el explícito; un funcionamiento en el que se entremezclan conceptos, compitiendo entre sí y donde emergen nuevos y viejos funcionamientos que se resisten a desaparecer completamente.
Por otro lado, las actitudes, los conocimientos, las creencias y los modos de relación que las familias pongan en juego, incidirán sobre el niño/a  como potenciadores o inhibidores de su aprendizaje; la confianza en sí mismo; la progresiva conquista de su autonomía; los procesos de simbolización; la construcción; y apropiación del conocimiento, entre otros factores que forman parte de su desarrollo. Desde una visión ecológica, es un proceso de acomodación entre el individuo y el medio donde esa relación permite la adaptación del individuo a los diferentes entornos  donde un entorno incide en los demás y lo podemos ver en el siguiente gráfico:
grafico desarrollo
Aproximadamente después de los nueve meses los bebés son capaces de resolver problemas, de diferenciar los medios (usar la cuerda para …), de los fines (acercar el carrito que está lejos), de producir lenguaje, de caminar y moverse por sus propios medios, de coordinar las dos manos, etc. Aunque estas capacidades no se pueden relacionar entre sí, se puede afirmar que comparten un aspecto determinante: la idea de un niño que es capaz de actuar, proponer, resolver y ejecutar.  Pero todo este desarrollo se da,  gracias al desarrollo sensorial, el cual constituye  los canales por donde el niño recibe la información de su entorno (los colores, las formas, olores, sabores, sonidos) y de su propio cuerpo (sensaciones de hambre, frío, posiciones del cuerpo en el espacio), a partir de estas informaciones el niño podrá dar respuestas adaptadas a las condiciones del medio, y  realizará acciones inteligentes. Las capacidades sensoriales son las primeras funciones que se desarrollan en el niño, ya que son la base del desarrollo perceptivo y cognitivo (intelectual).

¿Qué  sucede entonces en los niños con Trastornos del Espectro del Autismo en su proceso de desarrollo?

Desarrollo

El  proceso neurológico que organiza las sensaciones de nuestro cuerpo (internas), y las del entorno (externas), para dar respuestas adaptadas y tener un buen nivel de desarrollo en todas las áreas y actividades diarias se conoce como proceso de integración sensorial. Así por ejemplo el sistema sensorial vestibular nos informa del movimiento y el sistema propioceptivo nos permite tener una conciencia corporal, de nuestros músculos y articulaciones,   nos enseñan a mantener el equilibrio, a  regular nuestra postura  y a controlar nuestra fuerza así como tener una buena coordinación motriz fina y gruesa.  Cuando se logra procesar adecuadamente esta información que implica cuerpo y movimiento, se desarrolla una buena madurez  neurológica, que facilita que toda la información que se recibe sea procesada adecuadamente y que tenga un significado para el aprendizaje del niño, quien responde al medio de manera adecuada. El  desarrollo de las posibilidades expresivas, motrices y creativas a partir del cuerpo, lleva al niño a centrar su actividad e interés en el movimiento y el acto y lo que de ello se deriva: estimulación y aprendizaje lo que propicia un  equilibrio en sus dimensiones motriz, afectiva, cognitiva y social.
El mayor grado de integración sensorial se logra durante las respuestas adaptativas, las cuales son el resultado de experiencias sensoriales con un propósito. Por ejemplo, un bebé ve un peluche y trata de agarrarlo, agarrar se convierte en una respuesta adaptativa. Si el niño solo agita las manos y no lo alcanza  no produce una respuesta adaptativa. Si ve un juguete lejos  de su alcance y gatea para alcanzarlo gatear se convierte en una respuesta adaptativa más elaborada que el estirar los brazos para alcanzarlo.  La  elaboración de respuestas adaptativas ayuda al cerebro a desarrollarse y auto organizarse. Son respuestas adaptativas que hacen posible la integración sensorial. Un niño que aprende a organizar su juego, sabrá también como responder a su trabajo escolar  y por lo tanto sus funciones ejecutivas serán adecuadas.
Hasta los siete años de edad, el cerebro es primordialmente una máquina de procesamiento sensorial, esto significa que siente las cosas y aprende su significado directamente de las sensaciones que ellas producen y del movimiento de su cuerpo con relación a estas sensaciones.  Sus respuestas adaptativas son más de tipo muscular o motoras, que mentales. Por esto los primeros siete años de vida son llamados los años del desarrollo sensoriomotor. Cuando la capacidad de integración sensorial del cerebro es suficiente para hacerle frente a las demandas del medio ambiente, el niño logra responder eficiente, creativa y satisfactoriamente, por lo tanto es un niño seguro de si mismo, que disfruta de las relaciones interpersonales y es feliz en su entorno. A medida que el niño crece muchas de sus respuestas y actividades motoras se ven reemplazadas por comportamientos más elaborados, pero en la base esta un adecuado desarrollo sensoriomotor. Así por ejemplo, antes de aprender a leer el niño debe haber logrado una adecuada maduración de los sistemas sensoriales básicos y de las áreas de integración sensorial, debido a que esta acción requiere de un complejo procesamiento de sensaciones provenientes de los ojos, los músculos oculares, del cuello y del sistema vestibular que se encuentran en el oído interno.
Desde la Teoría de Integración Sensorial desarrollada por Jean Ayres, se considera que sentirse seguro, interpretar una variedad de sensaciones del cuerpo y del ambiente, aprender acerca de los objetos y de las personas (gestos, afectos, emociones)  y formar  una imagen efectiva de uno mismo dependen del adecuado procesamiento e  integración de información multisensorial, estableciéndose  una relación entre dicho proceso neurológico y el comportamiento. Postuló además que los niños con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) a menudo parecen tener  disfunciones en la percepción sensorial y en adjudicar significado a sus experiencias,  pobre iniciación de acciones con propósito, déficits en el planeamiento de nuevas acciones, además de un rango de reacción  diferente a los estímulos sensoriales.  Mirarse repetidamente en superficies reflejantes como un espejo, auto estimulaciones o reacciones aversivas ante diferentes texturas, saltar, girar, mostrar conductas exageradas ante diferentes sonidos, la poca planificación y coordinación motriz son entre muchas otras algunas características que están presentes en  los niños con TEA  y  que expresan su falta de modulación sensorial.  ¿Qué trae por consecuencia? Dificultades en el aprendizaje, en el comportamiento, lo que incide en el área socio emocional, en la dificultad para captar la información del entorno y por lo tanto dar respuestas adaptativas adecuadas.
Los expertos han determinado que no todos los problemas de conducta y aprendizaje son dados por una falta de modulación sensorial y coincidimos con ellos,  pero cuando está presente esta disfunción se basa en el hecho de que los estímulos vestibulares (los relacionados con el movimiento), los propioceptivos (los relacionados con los músculos y articulaciones) y los táctiles no son interpretados por el sistema nervioso de de la misma manera que lo hace el sistema nervioso de la mayoría de los niños.
El niño se ve y se siente diferente a la mayoría de sus compañeros, es incapaz de  jugar, de atarse los zapatos, de vestirse, de comer apropiadamente, en ocasiones es irritable, obstinado, se molesta si lo rozan,
se molesta excesivamente ante los cambios de planes o pasar de una actividad a otra, ser introducido en grupo de nuevos niños, ir a una fiesta,  cuando lo llaman parece que no escuchara, o puede pasar horas mirando imágenes en la televisión, en ocasiones puede ser excesivamente inquieto  o muy pasivo,  entre otras manifestaciones, lo que afecta el aprendizaje y la integración en actividades de juego, de grupos, es decir, la integración social.
Resumiendo podemos decir que algunos síntomas de la falta de integración sensorial son:
a)    Hipersensibilidad al tacto, movimiento, luces o sonidos
b)    Hipo reactividad a la estimulación sensorial.
c)    Nivel de actividad inusualmente alto o bajo.
d)    Problemas de coordinación: en este aspecto destaca principalmente la presencia de equilibrio inusualmente pobre y gran dificultad para aprender a hacer una tarea nueva que requiere coordinación motora. En este sentido muchas veces se observa dificultad para adquirir independencia en autocuidado, como abotonar y desabotonar, colocarse prendas de vestir, comer con utensilios, recortar con tijera, dibujar, andar en triciclo y bicicleta, saltar la cuerda, jugar con pelota, seguir esquemas de baile, secuencias musicales, ritmos.
e)    Retraso en el habla, lenguaje, habilidades motoras o  rendimiento académico
f)    Pobre organización de la conducta: el niño puede ser impulsivo o distraído y mostrar una falta de planificación en su aproximación a las tareas (no saben por dónde partir o qué secuencia seguir, comienzan a ejecutar antes de saber cómo lo van a hacer), pueden presentar dificultades para ajustarse a situaciones nuevas, en general prefieren hacer lo que saben y les sale bien y no exponerse al fracaso. Frente al mismo muestran baja tolerancia, con reacciones de agresividad o ensimismamiento al enfrentarlo. La participación en deportes grupales tiende a ser escasa, pues en éstos se hacen más evidentes sus fallas de organización y anticipación, por lo cual preferirán aislarse.
g)    Baja autoestima, frustración, ansiedad, estrés
niño jugandoEn los programas educativos para la educación preescolar y primaria,  está implícito el trabajo sensorial aunque no se mencionan y los maestros realizan las actividades sin tomar en cuenta a trascendencia  que implica trabajar los aspectos sensorio motrices y la integración de  sensaciones. Olivia Escorza Rodríguez menciona en su artículo “La integración sensorial como intervención educativa en alumnos con dificultades para aprender” que los temas que tienen que ver con el cuerpo, movimiento y sensaciones  están incluidos en los programas educativos y se menciona su importancia. Sin embargo   no se le da el valor que representa para el desarrollo de los alumnos.
Por lo tanto, a veces esperar “peras del olmo”, no es suficiente, desde casa podemos trabajar una serie de actividades que favorecen la integración sensorial de forma lúdica y divertida, para minimizar los efectos aversivos que algunos estímulos provocarán en los niños:
a)    Juegos de agua
b)    Llevarlo de excursión a un bosque y buscar objetos, pueden quitárselos zapatos y buscar diferentes texturas en los suelos: lodo, pasto, rocas, mojado
c)    Escuchar diferentes ritmos musicales al tiempo que se realizan ejercicios de coordinación
d)    Pintarse el cuerpo entre padres e hijos utilizando plumas, dedos, esponjas y cuantas texturas se le ocurran
e)    Anticipar los cambios, predecir las rutinas
f)    Jugar a las sensaciones: se vendan los ojos del niño y se somete a un baño de sensaciones: olores, ruidos y sabores. El niño deberá ir identificando de qué se trata cada uno.

Conclusiones

La integración sensorial entonces, es requerida para comunicarnos, simbolizar, establecer relaciones interpersonales, adaptarnos al ambiente entre otros y que desde mi punto de vista constituye el pilar de base para el desarrollo y los procesos implícitos en el, desde la maduración neuromotriz hasta la adquisición del pensamiento abstracto y simbólico, encontrándonos así con una dificultad de base para la mayoría de los niños dentro del espectro del autismo.  Las terapias de integración sensorial, contempladas dentro de la Terapia Ocupacional favorecen a que estos problemas sensoriales vayan mejorando y a la par podemos entonces notar un avance en otras áreas del desarrollo.
Bibliografía
  1. Escorza Rodríguez, Olivia (2011): La integración sensorial como intervención educativa en alumnos con dificultades para aprender. XII Congreso internacional de teorías de la educación. Universitat de Barcelona
  2. Otsubo,Nancy Claudio Abel Freda, Alejandro Daniel Wilner,Adrián Diaz, Celeste Nessier, Haydée Echevarría (2004). Manual de desarrollo integral de la infancia. Argentina
  3. Puche Navarro Rebeca, Mariela Horozco Hormaza, Blanca Cecilia Horozco Hormaza (2009): Desarrollo infantil y competencias en la primera infancia. Bogotá, Colombia.

Mal comportamiento en niños con Trastornos del espectro del Autismo


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Una lista de ideas y consejos en relación con los problemas de comportamiento de tu hijo o hija, o de uno de tus estudiantes. La gran mayoría son aplicables a cualquier niño, tenga o no tenga un TEA, pero es que así es como debe ser.
  1. El comportamiento es frecuentemente una forma de comunicación. Cualquier comportamiento tiene una razón de ser. Un muchacho con TEA puede usar un mal comportamiento como medio de comunicación, porque no entiende lo que está pasando o para expresar su frustración cuando las cosas no son como él espera o desea.
  2. No respondas a un mal comportamiento portándote mal. Tenemos que pensar nuestra respuesta, actuar de forma calmada y no reaccionar aumentando su ansiedad o su enfado. Tampoco debemos responder con lo que sería una recompensa a ese comportamiento erróneo como por ejemplo poniéndole su serie favorita en la televisión. Lo ideal es enseñarle a cambiar ese comportamiento por otro que sea aceptable.
  3. En caliente no está en su mejor momento. No intentes imponerle una disciplina o corregirle cuando está enfadado, distraído, sobreestimulado, encerrado, ansioso o en cualquier otro estado emocional donde su inestabilidad en ese momento le impida interactuar contigo.
  4. No solo la letra, también la música. Recuerda que reacciona tanto al tono de tu voz como a lo que le estás diciendo. Si le gritas, puede oír el volumen, el tono o el enfado que sientes pero no entenderá las palabras y por tanto no sabrá que es lo que ha hecho mal, con lo que puede aumentar la frustración de los dos. Habla en un tono suave y agáchate junto a él para estar a su altura y facilitar esa comunicación.
  5. La seguridad es lo primero. Que esté seguro, que no escape corriendo, que tú puedas seguir conduciendo con tranquilidad, es siempre prioritario. Si el problema es en el sitio donde estás, sal de allí, si necesitas pedir ayuda a un desconocido, no lo dudes, hay mucha gente maja por ahí.
  6. El mal comportamiento es un mal aliado. No lo veas solo como un elemento disruptor de la vida en familia sino afróntalo como algo que tiene ramificaciones en muchos aspectos. Hay que pensar también que el mal comportamiento no solo hace que la vida familiar y escolar sean menos agradables sino que también interfiere con los procesos de aprendizaje.
  7. Haz un seguimiento al mal comportamiento. A veces ayuda anotar cuáles son las circunstancias en las que aparece un “mal” comportamiento: qué personas tomaron parte, a qué hora era, en medio de qué actividad, cuáles fueron los posibles detonantes… La esperanza es que surja un patrón que nos ayude a irlo corrigiendo.
  8. Explora si hay varios sentimientos mezclados. Puede que te diga que estaba enfadado y eso era evidente pero quizá también estaba asustado, ansioso, celoso, frustrado, triste… Cuánto mejor entiendas las cosas, más fácil será corregirlas.
  9. Ningún niño desea portarse mal. No hay satisfacción en un mal comportamiento ni tampoco en tu respuesta. Jamás pienses que existe una mala intención. El niño no quería sufrir una rabieta, mostrar su enfado o de cualquier otra manera alterar tu clase. No lo hace bien pero no hay maldad.
  10. No asumas que el niño entiende las reglas. De hecho, no des nunca nada por evidente, claro o bien conocido. Puede que te oyera pero quizá no se enterara. Quizá ayer entendió lo que esperabas de él pero aunque hoy para ti sea una circunstancia similar para él puede que pesen más las diferencias y no asume que debe actuar de la misma manera.
  11. Céntrate en lo positivo. En vez de decirle lo que no tiene que hacer, dile lo que tiene que hacer. Refuerza cuando haya hecho algo bien. Usa un lenguaje positivo, que le anime a seguir actuando bien.
  12. Establece límites. Muchos niños con autismo tienen intereses repetitivos u obsesiones. A veces es un problema para el comportamiento como cuando están viendo sus dibujos animados y hay que ir a algún lado u otra persona quiere ver algo en la tele. Puedes decirle que solo puede hablar de su tema durante media hora después de cenar o usar su tema favorito como recompensa para premiar un buen comportamiento.
  13. Practica con él. Todos los niños necesitan repetir una actividad hasta incorporarla en su vida cotidiana y hacerla como tú esperas que la haga. Un niño con un TEA puede necesitar más tiempo y más repeticiones. Es mejor que practiques en un ambiente tranquilo y cuando él lo haya dominado ir aportando algunas variaciones para ir ampliando ese aprendizaje. También te puede ayudar escenificar una escena, usar dibujos o fotos como si fuera un cómic, construir un cuento que muestre cuál es el comportamiento apropiado, etc.
  14. Explícale las cosas. Para cualquier niño es más fácil hacer algo si entiende los motivos. Si le pides que se comporte de una manera determinada porque es lo mejor para su seguridad, para la economía de la familia, para su salud, para la relación con otros niños, díselo, sin asustarle y a un nivel adecuado a su edad y a sus características personales
  15. Intenta entender sus razones. Quizá se comió el bocadillo antes de tiempo porque tenía miedo de no poder ir al partido y prefirió quitarse eso de en medio. Si buscas la raíz de que no haya seguido tus instrucciones es más fácil que lo puedas evitar en otra ocasión.
  16. Investiga si hay algún problema sensorial. Una fuente común de muchos malos comportamientos es sentir malestar por alguna entrada sensorial, ya sean visuales (un tubo fluorescente), auditivas (un cortacésped trabajando fuera), táctiles (una textura que para él es enormemente molesta) o de otro tipo.
  17. Piensa si puede sufrir dolor. Intenta repasar con él si hay algo que le esté causando dolor como pueda ser los dientes, el estómago, algún hueso roto, un corte o moratón, acidez de estómago… Si se lleva el brazo al abdomen o prefiere sentarse en posición fetal es posible, por ejemplo, que tenga un problema intestinal.
  18. Entiende su mundo social. Quizá tu hijo sabe que no tiene amigos y por eso el tiempo de los recreos es el peor para él. Hablar con su profesor y con sus compañeros de clase puede hacer una diferencia. Explícales cuáles son los problemas que él tiene y pide su ayuda. Es cierto que los niños pueden ser crueles pero también pueden ser abiertos y amables. No asumas que ellos saben cómo deben actuar o que conocen ya a tu hijo.
  19. Es miembro de la familia. Un niño con un TEA puede sentir rabia, ansiedad, miedo por algo que está pasando en la familia: un divorcio, un problema de salud, un cambio laboral, una mudanza. Los padres a veces pensamos que nos estamos encargando de todo y que no tiene que preocuparse, pero si tú estás estresado es muy posible que él también lo esté, sobre todo si se siente impotente o tiene dificultades para compartir su preocupación.
  20. Busca buenos socios. Los maestros, terapeutas ocupaciones, pediatras a veces tienen buenas ideas que han podido probar en su trabajo o que les ha contado los padres de otro niño. Intercambia esa información, prueba alguna de esas cosas, es posible que te lleves alguna sorpresa grata. También puedes hablar con los profesores para que busquen un niño (mejor algo mayor) que pueda jugar un rato con él un día a la semana o acompañarle en las comidas.
  21. El ejercicio es buena cosa. La actividad física es un buen camino para estabilizar los procesos mentales y para enseñar autocontrol. Los deportes de equipo que requieren una buena coordinación, habilidad e interacciones sociales no suelen ser la mejor opción pero dependiendo de su edad, aptitudes y preferencias ir a la piscina, ir al gimnasio, rodar una pelota o encabezar un paseo familiar o un poco de jogging puede ayudarle a reducir el estrés y a encauzar sus problemas sensoriales.
  22. Usa herramientas que te ayuden. Pueden ser unos auriculares para oír música y tapar los sonidos que le molestan o le confunden. Puede ser un horario o un mapa del supermercado. Puede ser una pequeña lista de la compra para que él se encargue de, por ejemplo, de coger las manzanas y pesarlas. Pueden ser tarjetas de puntos que va sumando para conseguir la recompensa que él quiere (el ordenador, la piscina, lo que sea)
  23. Las pausas y recreos ayudan. Invítale a tomar un respiro para que se autocontrole antes de que realmente lo necesite. Una esquina de la habitación o la sala con algunas almohadas, libros y unos auriculares puede ser una opción magnífica. Es mejor que no  vaya a otra aula distinta porque le resultará más difícil volverme a unir al ritmo de la clase.
  24. La relajación se aprende. Se ha visto que programas donde los niños con TEA hacen una corta sesión de yoga les ayuda a reducir los comportamientos agresivos, la hiperactividad o el rechazo a las actividades sociales.
  25. Habla claro. Dile lo que quieres de una forma positiva y clara en vez de órdenes confusas, con valoraciones personales mezcladas. Si le dices “Has dejado tu mesa hecha una guarrería” para él es básicamente una frase que describe un hecho. En cambio si le dices “Recoge, por favor, las acuarelas y lleva los papeles sucios a la papelera” estará mucho mejor. Recuerda que no es bueno entendiendo los mensajes implícitos. No esperes que él vea fácilmente algo que a ti te parece evidente.
  26. Mantén tus expectativas en el marco de lo razonable y adáptate a él. Hay actividades que un niño sin TEA puede disfrutar pero para un niño con TEA son una tortura. Una fiesta en el polideportivo del colegio con cientos de niños saltando, gritando y compitiendo puede que no sea su idea de una fiesta y puede estar mucho más a gusto sentado junto a una profesora ordenando los lapiceros.
  27. Respétale. Burlándote de él o imitándole, él no va a mejor y tú vas a peor. El sarcasmo, los insultos o los apodos no le harán reflexionar y salir de un momento o una racha de mal comportamiento. No hagas acusaciones sin sentido. No establezcas un doble estándar. No le compares con su hermano ni con otro estudiante.
  28. Ayúdale a pasar de una tarea a otra. La transición de una actividad a otra puede necesitar más tiempo en un niño que tenga un TEA que en otro que no lo tenga. A menudo ayuda avisarle con tiempo de ese cambio (al revisar la agenda de cada día) y avisarle de nuevo unos pocos minutos antes del momento de dejar eso y empezar otra cosa. También puede ayudar que tenga un poco más de tiempo para esa transición y alguna herramienta como uno de esos relojes de cocina que marcan los minutos que quedan o un despertador también pueden ser de utilidad.
  29. De los dos el adulto eres tú. Aunque eres un adulto maduro, en ocasiones tomas malas decisiones en el calor de una trifulca. Puedes ayudarle a superarlo más rápidamente si no sumas tu enfado al suyo. Ten cuidado con estas respuestas que en vez de resolver una crisis la prolongan, tales como subir el tono o el volumen de voz.
  30. Confía en él, confía en ti. Educar a un niño con TEA requiere tiempo, esfuerzo, flexibilidad. Por otro lado los TEA han sido definidos en ocasiones como discapacidades con final abierto, es decir no hay límites a priori sobre todo lo que se puede lograr con un chico con TEA.
  31. No estás solo. Miles de padres en todo el mundo están pasando por lo mismo que tú. Busca siempre las posibles asociaciones en tu ciudad o en tu zona. Ahora que es tan fácil encontrar cosas en internet y que hay traductores automáticos si no hablas inglés puedes encontrar también en la red consejos, solidaridad y apoyo.

La integración social en los Trastornos del Espectro del Autismo


“Todos tienen su camino, todos conocen cuál es; salen cantando por él y por él regresan cantando. Sólo él no sabía nada, no entendía nada, ni a los hombres ni a los sonidos; sólo él ajeno a todo” Fedor Dostoiewski, El idiota, 1964:511

Introducción

Cuando “R” llega a terapia tiene a veces una mirada triste y más ajena de lo normal, al preguntarle que le sucede me dice:- “Hoy nadie ha querido ser mi amigo y por eso no pude jugar en el recreo” – ¿Cuántos desde diferentes posturas, ya sea como padres o terapeutas hemos escuchado frases similares? Uno de los núcleos centrales de dificultades en los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) es precisamente en su relación con el medio social como consecuencia de su gradual dificultad para identificar y comprender las claves sociales de ahí que muchos se planteen que existe un problema en el cerebro social.
Daniel Goleman en su libro “La inteligencia social” se plantea ¿Qué quieren decir los neurocientíficos cuando hablan de cerebro social? “el cerebro social es decir, los módulos neuronales dispersos que orquestan nuestra actividad cuando nos relacionamos con los demás se halla extendido por todas partes. No existe, en el cerebro, ningún lugar concreto que se encargue de controlar las interacciones sociales. “La expresión cerebro social , por el contrario, se refiere a un conjunto de redes neuronales diferentes que, aunque fluidas y muy amplias, operan integradamente”.
“En este sentido, el cerebro funciona de un modo unificado coordinando sistemas muy diversos y alejados. Aunque la neurociencia todavía no haya llegado a un acuerdo general para establecer un mapa concreto del cerebro social, sus investigaciones empiezan a coincidir en las regiones que se activan durante las interacciones sociales”. Sobre esto se refirió Luria en sus trabajos elaborando su “Teoría del Conexionismo”, plateando que el cerebro funciona de manera conjunta independiente a las especificidades modales que cada área tenga.
Hablar de integración social desde esta perspectiva nos lleva a cuestionarnos como promover en aquellas escuelas llamadas “inclusivas” una nueva panorámica de la integración, la cual más que educativa debe ser social, para -de esta forma- evitar conflictos interpersonales entre los niños (sin problemas aparentes) y aquellos cuyas capacidades cognitivas les permiten formar parte de esa comunidad educativa y que parte de principios de educación para todos sin discriminaciones.

Desarrollo

El ser humano, es por naturaleza, un ser social, que se desarrolla a través de la interrelación con el entorno y sus pares, dándole un sentido de socialización al proceso de maduración y aprendizaje. Vigostky en su Teoría Socio Histórico Cultural, plantea que en la filogenia del psiquismo los planos del desarrollo transcurren separados, primero un predominio de las leyes biológicas y luego las sociales, mientras que en la ontogeniaambos planos del desarrollo (el natural y el cultural) coinciden, se revierten el uno en el otro, ya que cuando el niño nace lo hace en un medio cultural, donde existe toda una experiencia que tendrá que asimilar, de este modo el proceso de formación de la personalidad es un proceso de maduración biológica del organismo, históricamente condicionado, de allí que los fenómenos psíquicos son sociales desde su mismo origen, y no son dados de una vez y para siempre al momento del nacimiento, sino que ellos se desarrollarán en dependencia de las condiciones de vida y educación a la que el sujeto se exponga.
De manera que el proceso de apropiación de la cultura constituye un factor esencial en el desarrollo, en dicho proceso es necesario considerar al niño no como un receptor pasivo sino como sujeto activo que interacciona no solo con objetos materiales, sino con adultos y coetáneos que constituyen mediatizadores fundamentales ya que sin su ayuda no podríamos pensar en la apropiación de la cultura por el niño de manera independiente. L. S. Vigotsky demostró el papel del “otro “como potenciador del desarrollo, capaz de organizar y estructurar conscientemente el proceso de apropiación del conocimiento y de las normas e interacciones sociales que rigen todo proceso de humanización, por lo que el proceso de desarrollo está, sin dudas, mediado por la acción de los otros, por lo tanto el proceso pedagógico es un proceso eminentemente interactivo en el que la categoría comunicación tiene una gran significación.
¿Cómo abordar entonces los problemas de interacciones sociales en los TEA? ¿Cómo hacer entender a las llamadas escuelas integradoras, que éste proceso debe ser más social que académico?
Imaginémonos que estamos en la playa disfrutando de un día espléndido en familia y que de pronto sentimos unos gritos fuertes, instintivamente miramos hacia el lugar de donde provienen y nos damos cuenta a través de los gestos corporales y faciales que es solo un juego, por lo tanto seguimos disfrutando del día porque lo que vimos nos tranquiliza. Pero en los niños con TEA no sucede de esa manera, lo sienten como amenaza e invasión a su mundo.
Los circuitos neuronales que operan en paralelo en el cerebro de los implicados durante las relaciones interpersonales propagan un contagio emocional que abarca el amplio rango de los sentimientos, desde la tristeza y la ansiedad hasta la alegría.
El cerebro de quienes se hallan así conectados emite y recibe un flujo de señales que, en el caso de discurrir de la manera adecuada, amplifica la resonancia. Este vínculo es precisamente el que posibilita la sincronización de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Tengamos en cuenta que, independientemente de que se trate de la alegría y la ternura o, por el contrario, de la ansiedad y el resentimiento, siempre estamos emitiendo y recibiendo estados internos, gracias a que nuestro sistema límbico es capaz de registrar las emociones adecuadas y dar respuestas adaptativas al medio circundante, sin embargo en los niños con TEA, existe aparentemente una interrupción de las respuestas debido a una deficiente integración de la información sensorial.
“Aunque no debería tener más de dos o tres años, todavía conservo muy vivo el siguiente recuerdo. Caminaba con mi madre por el pasillo de la tienda de comestibles cuando una mujer me sonrió tiernamente y mi boca esbozó automáticamente una sonrisa. Ese día sentí claramente que mi insospechada sonrisa no procedía de mi interior, sino de fuera, como si mi rostro fuese una simple marioneta movida por hilos invisibles que tiraban de mis músculos. Hoy en día sé que esa inesperada reacción fue una consecuencia de la actividad de las llamadas neuronas espejo de mi joven cerebro. Porque la función de las neuronas espejo consiste precisamente en reproducir las acciones que observamos en los demás y en imitar o tener el impulso de imitar sus acciones. En estas neuronas se asienta, en suma, el mecanismo cerebral que explica el viejo dicho Cuando sonríes, el mundo entero sonríe contigo” Inteligencia social: La nueva ciencia de las relaciones humanas  por Daniel Goleman
Si tomamos en cuenta los recientes descubrimientos en el campo de las neurociencias de las “neuronas espejo” que son el mecanismo esencial para comprender las intenciones de otros, para desarrollar una teoría de la mente y, por ende, para capacitarnos para la vida social, aportan nueva luz para entender cómo la red neuronal “refleja” el mundo, la auto-imagen y la imagen de la mente de los otros en la producción evolutiva de un comportamiento social, y como en los TEA este grupo de neuronas presenta una disfunción, lo que sugiere que el SNE no se activa normalmente y, por tanto, son incapaces de este reconocimiento empático de las conductas de los demás. La comprensión de las acciones humanas tiene que ver con la capacidad de simular las acciones observadas en otros (es decir, que el observador represente los estados internos de otros individuos con su propio sistema motor, cognitivo y emocional). Esta simulación posibilita una comprensión de los otros humanos que permite percibirlos como semejantes, una “multiplicidad compartida de intersubjetividad” como lo llama V. Gallese, esto es, permite la atribución de una mente.
Demuestran que verdaderamente somos seres sociales. Que la familia, el entorno y la comunidad son valores realmente innatos
El fenómeno del contagio emocional se asienta en estas neuronas espejo, permitiendo que los sentimientos que presenciamos fluyan a través de nosotros y ayudándonos así a entender lo que está sucediendo y a conectar con los demás. Sentimos al otro en el más amplio sentido de la palabra experimentando en nosotros los efectos de sus sentimientos, de sus movimientos, de sus sensaciones y de sus emociones y nos envían el mensaje reflejado en la imagen.
El conocimiento sobre estas alteraciones permitirían a los docentes involucrados en los procesos de integración de niños con TEA a la escuela regular, a propiciar una mejor integración social, enseñarían a los niños etiquetados como“normales” como enseñar a los otros etiquetados como“diferentes” a entender las normas sociales del juego, los comportamientos adecuados en diferentes contextos sociales y lograrían mejores resultados y menos situaciones de bullying o acoso escolar.
Desde mi perspectiva una adecuada integración social incluye:
  • Desarrollar la capacidad simbólica del niño para que pueda atribuirle a ésta un significado social
  • Propiciar la integración a los equipos de estudio en proyectos que resalten las habilidades y capacidades innatas de estos niños.
  • Conocer esas diferencias individuales para darle el mejor apoyo posible
  • Enseñar a establecer relaciones interpersonales
Son muchas las condiciones que se deben conjuntar para alcanzar la meta de integrar a las escuelas y aulas regulares a los alumnos y las alumnas con necesidades educativas especiales. Podemos mencionar algunas: modificaciones legislativas, apoyo de las autoridades educativas, cambios en la organización de los centros escolares y en las actitudes de todos los implicados (directivos, maestros, padres de familia y, en algunas ocasiones, de los mismos niños), transformación de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, evolución en las prácticas de evaluación. El primer paso para realizar estos cambios es reconocer que la integración educativa no constituye un acto caritativo, sino un esfuerzo para generar las condiciones que permitan que los niños aprendan de acuerdo con sus potencialidades.

Conclusiones

La escuela es un agente socializador por excelencia, donde se producen los aprendizajes más complejos no sólo a través de la transmisión de conocimientos, sino que se constituye un meso sistema que debe promover la interacción social de sus estudiantes, abrir las pautas para el aprendizaje colaborativo y propiciar que los niños incluidos en sus aulas, tengan la oportunidad de ser parte de ese entorno socio – cultural. No son los niños con TEA desde esta perspectiva los que presentan una “minusvalía social”, son los otros, el claustro docente que no ha sido preparado para enfrentar una necesidad especial, los alumnos que no tienen el conocimiento ni las herramientas para enseñar a actuar.
Para la forma de entender el mundo (a veces llamada “filosofía”), la integración debe buscar hacer realidad la igualdad de oportunidades para los niños con necesidades especiales, proporcionándoles ambientes cada vez más socializadores. No se puede hablar de inclusión en tanto no se haya realizado un análisis y discusión de los diferentes procesos en que se ha enmarcado la experiencia educativa de las personas con necesidades educativas especiales; así como los procesos de formación de los docentes y otros profesionales relacionados con estas personas.
Es importante que desde nuestra posición de agentes terapéuticos socializadores, trabajemos de conjunto con las escuelas y les demos las herramientas necesarias para que los niños y jóvenes con TEA pueden entender mejor este “Mundo Social”, que logren tener una convivencia agradable y adecuada con su entorno, aprender hábitos de comportamiento que les permita un aprendizaje acorde con sus posibilidades. El acercarlos a las claves sociales más cotidianas, les facilitamos una mejor comprensión del entorno y mejores respuestas adaptativas a éste.
Termino y concluyo con algo que expresó Riviére una vez “La enajenación autista del mundo humano es un desafío serio, pues nuestro mundo no sería humano si aceptara pasivamente la existencia de seres, que, siendo humanos, son ajenos”.
Bibliografía
  1. Goleman Daniel: . La inteligencia social. La nueva ciencia de las relaciones humanas. 2008
  2. Feito Lydia: Las neuronas espejos nos ayudan a comprender las intenciones de los otros. Madrid, 2007
  3. Oberman LM, Hubbard EM, McCleery JP, Altschuler EL, Ramachandran VS, Pineda JA. EEG evidence for mirror neuron dysfunction in autism spectrum disorders. Brain Res Cogn Brain Res 2005; 24: 190-8.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

miércoles, 29 de octubre de 2014

Cuentos para trabajar la Educación Emocional

Cuentos para trabajar la Educación Emocional


Educar la inteligencia emocional de nuestros alumnos se ha convertido en una tarea necesaria en el
ámbito educativo, trabajando la educación emocional ayudamos a nuestros alumnos a ser pacientes, participativos, empáticos, aprendiendo a reconocer y regular sus propias emociones.
Los objetivos que se intentan conseguir con el trabajo sobre educación emocional en el aula, son los siguientes:
-Favorecer el desarrollo de la confianza básica como sustento para la formación de la persona.
-Construir una actitud empática como base de la solidaridad.
-Sentir placer con las demostraciones de las propias emociones y sentimientos.
-Afianzar el desarrollo del lenguaje.
-Desarrollar conceptos matemáticos.
-Adquirir vocabulario emocional.
-Identificar de las propias emociones y sentimientos.
-Reconocer los sentimientos y emociones de los demás.

Los cuentos están diseñados para facilitar el dialogo con los niños y niñas sobre temas educativos que es importante tratar preventivamente ya desde la infancia. El cuento, es un marco de juego que se adapta al lenguaje y la manera de pensar de los niños.
Te ofrecemos un recopilatorio de los mejores cuentos para que puedas trabajar la educación emocional en el aula el próximo curso escolar. ¡Emociónate!

Educación Infantil: 0 a 6 años.
1. El Pez Arcoiris
Arcoiris es el pez más hermoso del océano, con sus preciosas escamas de mil colores. Pero a pesar de su belleza se siente muy solo. ¿Por qué los demás peces no quieren jugar con él? Un libro bellamente ilustrado que nos enseña la importancia de saber compartir.

2. Miedo



Educación Primaria: 6 a 12 años
1. Un beso antes de desayunar. Raquel Díaz Reguera
Cada mañana, una madre da un beso de despedida a su hija antes de irse a trabajar. Pero un día ese beso, revoltoso, sale por ahí y lo cambia todo: una vecina refunfuñona comienza a sonreír, los pájaros se llenan de colores y los árboles de frutos. Una historia con la que se podrá trabajar el mundo emotivo de los niños, la ternura y la capacidad para dar y recibir cariño.


3La Flor Más Grande del Mundo
En un mundo en donde prevalece el egoismo, la falta de solidaridad, de amor a la vida en cualquiera de sus formas, el cuento destaca los valores esenciales, y lo que tienen de gigantes los pequeños actos solidarios, aquello que nos hace verdaderamente grandes. Pero además, el viaje que hace el niño puede intepretarse como un viaje interno en donde éste busca dentro suyo aquello que le ayudará a crecer y a darle un sentido a su vida, y su infancia será siempre aquel lugar para reencontrarse con lo mejor de sí.

José Saramago

Educación Secundaria: 12 a 18 años
1. Paroles en l air (Palabras en el aire) Sylvain Vincendeau

2. Abrazos
Corto Abrazos. Para cambiar el mundo, empecemos por nosotros mismos.
3. El Arbol Umdoni
En el corazón de Sudáfrica, Nandi y su hija Mbali viven solas y trabajan muy duro en los campos. Un día, su rutina se verá interrumpida por algo que les cambiará la vida para siempre...

Esta es una de las historias favoritas de Nelson Mandela.

Juegos y Dinámicas de Integración Grupal

Juegos y Dinámicas de Integración Grupal

CARACTERÍSTICAS NIÑOS Y NIÑAS CON DIFICULTADES ATENCIONALES. RECOMENDACIONES


inatentos2Hay muchos niños y niñas con dificultades para prestar atención en sus clases, haciendo los deberes, incluso atendiendo a las instrucciones que les dan sus padres u otras personas y que a estos niños les resultan difíciles de seguir.
Según algunos estudios, la condición de Déficit de Atención (por diversos motivos) es más frecuente que los casos de niños inatentos con déficit de atención con hiperactividad. Por otra parte parece que en la primera condición se da más fracaso escolar, mientras que en los casos de hiperactividad hay más problemas de conductas (García Pérez, 2008).
Para tenerlo claro haremos una distinción entre los problemas atencionales de los niños inatentos y los hiperactivos.
  • Déficit de eficacia atencional (Niños inatentos). Esto se refiere a la calidad en la capacidad de atención: dificultades para atender a los detalles, para establecer conexiones entre los estímulos, comprender y relacionar señales, identificar los estímulos relevantes, etc…
  • Déficit de atención sostenida (Niños con hiperactividad). Consistente en no poder mantener la atención en algo durante mucho tiempo y todo ello acompañado de un excesivo movimiento.
inatento3Los niños inatentos sin hiperactividad parece que no tienen problemas para mantener la atención durante mucho rato, pero sin embargo el tiempo en que prestan atención no se dan cuenta de qué es lo importante. Poseen un tiempo cognitivo lento, no retienen o no consiguen recordar conceptos para nombrar o describir situaciones, ya que necesitan un periodo más largo para poder identificar cual es la información necesaria. Si se les da un plazo de tiempo más largo para elaborar sus respuestas éstas pueden ser más acertadas. Estos niños suelen tener una serie de problemas que se pueden resumir en los siguientes puntos:
  • Problemas en la comprensión y el razonamiento lógico.
    • Aún teniendo inteligencia normal o superior, suelen cometer errores en la ejecución de las operaciones de cálculo o bien van retrasados aprendiendo los mecanismos y procesos de las operaciones.
  • Pierden el rumbo de la tarea.
    • Como no suelen llamar la atención de los maestros en clase, es fácil para ellos ir a otro mundo y estar “ausentes” durante largos períodos en los que están sin captar la información necesaria para aprender lo que explica el profesor.
  • Auto observaciones orales.
    • Es característico que cuando reciben una instrucción la repitan de forma oral como medio de fijar los detalles concretos de lo que se les dice.
  • Poco Activos.
    • No se mueven en exceso, a veces incluso son poco activos y lentos. Pueden pasarse mucho tiempo sentados tranquilamente realizando sus actividades favoritas y no tienen problemas para terminar algunas de sus tareas. Muestran torpeza en su autonomía.
  • Dificultades sociales.
    • No suelen participar en peleas ni ser provocadores. A diferencia de los niños hiperactivos muestran menos conductas disruptivas por lo que son mejor aceptados.
  • Dificultades escolares.
    • Presentan más problemas en comprensión oral y de aprendizaje, retraso del lenguaje y dificultades en matemáticas que los que son hiperactivos.
Al tratarse de niños que no muestran conductas disruptivas y que suelen estar quietos, tranquilos y aparentemente atendiendo lo que se les dice, muchas veces pasan desapercibidos sin ser identificados como TDA hasta que se producen problemas escolares o fracaso escolar. Porque dado que estos niños muchas veces no completan sus tareas, se distraen con facilidad, cometen errores imprudentes y evitan actividades que requieren trabajo mental continuo y de mucha concentración, frecuentemente se les supone perezosos, desmotivados e irresponsables,
Algunas estrategias educativas a tener en cuenta para mejorar el rendimiento de estos niños son:
  • Programar actividades cortas y adecuadas a sus capacidades de atención y control.
  • Entrenamiento sistemático con técnicas que trabajen las diferentes áreas cognitivas: pensamiento, atención, lenguaje, memoria, percepción, flexibilidad y razonamiento.
  • Dividir las tareas en partes, indicando un tiempo límite de cada una y reforzando positivamente la realización correcta de cada una.
  • Priorizar calidad sobre cantidad.
  • Supervisar su trabajo.
  • Disminuir el ruido y otros estímulos distractores.
  • Tener buena organización de todas las actividades que tiene que hacer el niño, poner a la vista la planificación de las mismas.
  • Intercalar tareas menos motivadoras con otras tareas más activas.
  • Hacerles conscientes de la importancia de su implicación en los estudios sin alterarnos, usando un tono de voz tranquilo.
A su vez si se quiere que en casa los niños estén más motivados hacia el aprendizaje pero sin adoptar posturas que ataquen la autoestima del niño habría que tener en cuenta que se deben evitar ciertas expresiones típicas y mensajes erróneos que se envían muchas veces a los niños y que hay que evitar.
  • Desautorizar. A uno de los progenitores o a un docente es un error, esto los desorienta.
  • Exageración. “Eres el mejor”, aunque son expresioneinatencións que se usan para dar ánimos, es mejor concretar lo que hace bien y evitar fomentar la competitividad.
  • Desesperación y derrotismo: “Estoy harto”, “Haz lo que te dé la gana. Yo ya paso”. Esto se dice una y otra vez pero se queda en un desahogo y no se introducen propuestas ni soluciones. Los niños saben que todo seguirá como está cuando pase el enfado.
  • Generalización. “Nunca haces lo que se te dice, siempre desobedeces”. No puede ser verdad que nunca obedezca ni que siempre haga todo mal. Es mejor reconocer lo que hace bien y concretar lo que puede hacer mejor.
  • Expectativas negativas. “El día de mañana no servirás para nada”. El peso de esta expectativa de fracaso puede terminar en desmotivación, además estas frases pueden quedar en la mente del niño y pasar a formar parte de su autoconcepto.
  • Etiquetas. “Eres malo”. Si utilizamos el verbo ser transmitimos que se trata de la esencia del niño y que no puede cambiarlo, mejor hablar de sus conductas “te estás portando mal”, ya que esto sí puede mejorarlo el niño.
Por último si queremos mejorar la comunicación con los hijos inatentos se pueden seguir estas sencillas recomendaciones que ayudan a utilizar una comunicación más asertiva:
  • Fomentar el uso de recompensas verbales y materiales.
  • Mirar a los ojos al niño cuando vamos a hablarle.
  • Tocarle suavemente para recuperar su atención.
  • Hablarles de forma clara y precisa, con mensajes cortos y de fácil comprensión.
  • Dar las órdenes poco a poco y no de una sola vez.
  • Estos niños suelen tener baja tolerancia a la frustración por lo que se sugiere que cuando se enfade por algo que no le gusta nos esperemos un tiempo antes de seguir conversando con ellos.
  • A veces se evitan reacciones indeseadas anticipándole con tiempo las cosas que tienen que hacer y que a ellos no les gustan.
  • Proporcionar de vez en cuando situaciones en las que sabemos que va a tener éxito y darle mensajes motivadores para alentarle a seguir.
  • Alternar actividades más complejas y más aburridas junto con otras en las que destaquen sus virtudes y sean más motivadoras.
  • Valorar todos los esfuerzos que realicen y no enviar continuamente mensajes críticos hacia ellos.
Fuente:http://ontinyentpsycologo.wordpress.com/2014/09/12/caracteristicas-ninos-y-ninas-con-dificultades-atencionales-recomendaciones/