viernes, 5 de diciembre de 2014

Desarrollo infantil y particularidades en los TEA – Parte I



bebe jugandoCualquier persona, con independencia de su hecho individual y circunstancial,se hace en el transcurso de su vida, en adecuación a su contexto y medio sociocultural, siendo, cualquier individuo, susceptible de cambio y progreso en su desarrollo, optimizándose sus capacidades y ejercitándose en habilidades con relación a su medio
Diego Jesús Luque Parra
Universidad de Málaga, España

Introducción

Hablar de desarrollo es un tema importante, ya que nos da una visión más integradora de este proceso, el cual es multidimensional y de reconstrucción y reorganización permanente, el desarrollo socio – emocional, cognitivo, del lenguaje y motor no es lineal sino que se caracteriza por un funcionamiento irregular de avances y retrocesos.  Esto lo convierte en un  proceso de formación progresiva de la persona, donde se integran los factores personales y ambientales, valorando los condicionantes y las circunstancias externas al individuo, como propios de la socialización.
En su libro “Desarrollo infantil y competencias en la primera infancia”  Rebeca Puche Navarro y colaboradores, hacen un análisis sobre las teorías tradicionales del desarrollo y hacia donde debe verse éste a partir de una nueva concepción donde se especifica  la necesidad de abandonar la comprensión del desarrollo como una sucesión estable de etapas y de avanzar hacia una descripción del funcionamiento intelectual como un espacio en el que conviven el conocimiento implícito y el explícito; un funcionamiento en el que se entremezclan conceptos, compitiendo entre sí y donde emergen nuevos y viejos funcionamientos que se resisten a desaparecer completamente.
Por otro lado, las actitudes, los conocimientos, las creencias y los modos de relación que las familias pongan en juego, incidirán sobre el niño/a  como potenciadores o inhibidores de su aprendizaje; la confianza en sí mismo; la progresiva conquista de su autonomía; los procesos de simbolización; la construcción; y apropiación del conocimiento, entre otros factores que forman parte de su desarrollo. Desde una visión ecológica, es un proceso de acomodación entre el individuo y el medio donde esa relación permite la adaptación del individuo a los diferentes entornos  donde un entorno incide en los demás y lo podemos ver en el siguiente gráfico:
grafico desarrollo
Aproximadamente después de los nueve meses los bebés son capaces de resolver problemas, de diferenciar los medios (usar la cuerda para …), de los fines (acercar el carrito que está lejos), de producir lenguaje, de caminar y moverse por sus propios medios, de coordinar las dos manos, etc. Aunque estas capacidades no se pueden relacionar entre sí, se puede afirmar que comparten un aspecto determinante: la idea de un niño que es capaz de actuar, proponer, resolver y ejecutar.  Pero todo este desarrollo se da,  gracias al desarrollo sensorial, el cual constituye  los canales por donde el niño recibe la información de su entorno (los colores, las formas, olores, sabores, sonidos) y de su propio cuerpo (sensaciones de hambre, frío, posiciones del cuerpo en el espacio), a partir de estas informaciones el niño podrá dar respuestas adaptadas a las condiciones del medio, y  realizará acciones inteligentes. Las capacidades sensoriales son las primeras funciones que se desarrollan en el niño, ya que son la base del desarrollo perceptivo y cognitivo (intelectual).

¿Qué  sucede entonces en los niños con Trastornos del Espectro del Autismo en su proceso de desarrollo?

Desarrollo

El  proceso neurológico que organiza las sensaciones de nuestro cuerpo (internas), y las del entorno (externas), para dar respuestas adaptadas y tener un buen nivel de desarrollo en todas las áreas y actividades diarias se conoce como proceso de integración sensorial. Así por ejemplo el sistema sensorial vestibular nos informa del movimiento y el sistema propioceptivo nos permite tener una conciencia corporal, de nuestros músculos y articulaciones,   nos enseñan a mantener el equilibrio, a  regular nuestra postura  y a controlar nuestra fuerza así como tener una buena coordinación motriz fina y gruesa.  Cuando se logra procesar adecuadamente esta información que implica cuerpo y movimiento, se desarrolla una buena madurez  neurológica, que facilita que toda la información que se recibe sea procesada adecuadamente y que tenga un significado para el aprendizaje del niño, quien responde al medio de manera adecuada. El  desarrollo de las posibilidades expresivas, motrices y creativas a partir del cuerpo, lleva al niño a centrar su actividad e interés en el movimiento y el acto y lo que de ello se deriva: estimulación y aprendizaje lo que propicia un  equilibrio en sus dimensiones motriz, afectiva, cognitiva y social.
El mayor grado de integración sensorial se logra durante las respuestas adaptativas, las cuales son el resultado de experiencias sensoriales con un propósito. Por ejemplo, un bebé ve un peluche y trata de agarrarlo, agarrar se convierte en una respuesta adaptativa. Si el niño solo agita las manos y no lo alcanza  no produce una respuesta adaptativa. Si ve un juguete lejos  de su alcance y gatea para alcanzarlo gatear se convierte en una respuesta adaptativa más elaborada que el estirar los brazos para alcanzarlo.  La  elaboración de respuestas adaptativas ayuda al cerebro a desarrollarse y auto organizarse. Son respuestas adaptativas que hacen posible la integración sensorial. Un niño que aprende a organizar su juego, sabrá también como responder a su trabajo escolar  y por lo tanto sus funciones ejecutivas serán adecuadas.
Hasta los siete años de edad, el cerebro es primordialmente una máquina de procesamiento sensorial, esto significa que siente las cosas y aprende su significado directamente de las sensaciones que ellas producen y del movimiento de su cuerpo con relación a estas sensaciones.  Sus respuestas adaptativas son más de tipo muscular o motoras, que mentales. Por esto los primeros siete años de vida son llamados los años del desarrollo sensoriomotor. Cuando la capacidad de integración sensorial del cerebro es suficiente para hacerle frente a las demandas del medio ambiente, el niño logra responder eficiente, creativa y satisfactoriamente, por lo tanto es un niño seguro de si mismo, que disfruta de las relaciones interpersonales y es feliz en su entorno. A medida que el niño crece muchas de sus respuestas y actividades motoras se ven reemplazadas por comportamientos más elaborados, pero en la base esta un adecuado desarrollo sensoriomotor. Así por ejemplo, antes de aprender a leer el niño debe haber logrado una adecuada maduración de los sistemas sensoriales básicos y de las áreas de integración sensorial, debido a que esta acción requiere de un complejo procesamiento de sensaciones provenientes de los ojos, los músculos oculares, del cuello y del sistema vestibular que se encuentran en el oído interno.
Desde la Teoría de Integración Sensorial desarrollada por Jean Ayres, se considera que sentirse seguro, interpretar una variedad de sensaciones del cuerpo y del ambiente, aprender acerca de los objetos y de las personas (gestos, afectos, emociones)  y formar  una imagen efectiva de uno mismo dependen del adecuado procesamiento e  integración de información multisensorial, estableciéndose  una relación entre dicho proceso neurológico y el comportamiento. Postuló además que los niños con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) a menudo parecen tener  disfunciones en la percepción sensorial y en adjudicar significado a sus experiencias,  pobre iniciación de acciones con propósito, déficits en el planeamiento de nuevas acciones, además de un rango de reacción  diferente a los estímulos sensoriales.  Mirarse repetidamente en superficies reflejantes como un espejo, auto estimulaciones o reacciones aversivas ante diferentes texturas, saltar, girar, mostrar conductas exageradas ante diferentes sonidos, la poca planificación y coordinación motriz son entre muchas otras algunas características que están presentes en  los niños con TEA  y  que expresan su falta de modulación sensorial.  ¿Qué trae por consecuencia? Dificultades en el aprendizaje, en el comportamiento, lo que incide en el área socio emocional, en la dificultad para captar la información del entorno y por lo tanto dar respuestas adaptativas adecuadas.
Los expertos han determinado que no todos los problemas de conducta y aprendizaje son dados por una falta de modulación sensorial y coincidimos con ellos,  pero cuando está presente esta disfunción se basa en el hecho de que los estímulos vestibulares (los relacionados con el movimiento), los propioceptivos (los relacionados con los músculos y articulaciones) y los táctiles no son interpretados por el sistema nervioso de de la misma manera que lo hace el sistema nervioso de la mayoría de los niños.
El niño se ve y se siente diferente a la mayoría de sus compañeros, es incapaz de  jugar, de atarse los zapatos, de vestirse, de comer apropiadamente, en ocasiones es irritable, obstinado, se molesta si lo rozan,
se molesta excesivamente ante los cambios de planes o pasar de una actividad a otra, ser introducido en grupo de nuevos niños, ir a una fiesta,  cuando lo llaman parece que no escuchara, o puede pasar horas mirando imágenes en la televisión, en ocasiones puede ser excesivamente inquieto  o muy pasivo,  entre otras manifestaciones, lo que afecta el aprendizaje y la integración en actividades de juego, de grupos, es decir, la integración social.
Resumiendo podemos decir que algunos síntomas de la falta de integración sensorial son:
a)    Hipersensibilidad al tacto, movimiento, luces o sonidos
b)    Hipo reactividad a la estimulación sensorial.
c)    Nivel de actividad inusualmente alto o bajo.
d)    Problemas de coordinación: en este aspecto destaca principalmente la presencia de equilibrio inusualmente pobre y gran dificultad para aprender a hacer una tarea nueva que requiere coordinación motora. En este sentido muchas veces se observa dificultad para adquirir independencia en autocuidado, como abotonar y desabotonar, colocarse prendas de vestir, comer con utensilios, recortar con tijera, dibujar, andar en triciclo y bicicleta, saltar la cuerda, jugar con pelota, seguir esquemas de baile, secuencias musicales, ritmos.
e)    Retraso en el habla, lenguaje, habilidades motoras o  rendimiento académico
f)    Pobre organización de la conducta: el niño puede ser impulsivo o distraído y mostrar una falta de planificación en su aproximación a las tareas (no saben por dónde partir o qué secuencia seguir, comienzan a ejecutar antes de saber cómo lo van a hacer), pueden presentar dificultades para ajustarse a situaciones nuevas, en general prefieren hacer lo que saben y les sale bien y no exponerse al fracaso. Frente al mismo muestran baja tolerancia, con reacciones de agresividad o ensimismamiento al enfrentarlo. La participación en deportes grupales tiende a ser escasa, pues en éstos se hacen más evidentes sus fallas de organización y anticipación, por lo cual preferirán aislarse.
g)    Baja autoestima, frustración, ansiedad, estrés
niño jugandoEn los programas educativos para la educación preescolar y primaria,  está implícito el trabajo sensorial aunque no se mencionan y los maestros realizan las actividades sin tomar en cuenta a trascendencia  que implica trabajar los aspectos sensorio motrices y la integración de  sensaciones. Olivia Escorza Rodríguez menciona en su artículo “La integración sensorial como intervención educativa en alumnos con dificultades para aprender” que los temas que tienen que ver con el cuerpo, movimiento y sensaciones  están incluidos en los programas educativos y se menciona su importancia. Sin embargo   no se le da el valor que representa para el desarrollo de los alumnos.
Por lo tanto, a veces esperar “peras del olmo”, no es suficiente, desde casa podemos trabajar una serie de actividades que favorecen la integración sensorial de forma lúdica y divertida, para minimizar los efectos aversivos que algunos estímulos provocarán en los niños:
a)    Juegos de agua
b)    Llevarlo de excursión a un bosque y buscar objetos, pueden quitárselos zapatos y buscar diferentes texturas en los suelos: lodo, pasto, rocas, mojado
c)    Escuchar diferentes ritmos musicales al tiempo que se realizan ejercicios de coordinación
d)    Pintarse el cuerpo entre padres e hijos utilizando plumas, dedos, esponjas y cuantas texturas se le ocurran
e)    Anticipar los cambios, predecir las rutinas
f)    Jugar a las sensaciones: se vendan los ojos del niño y se somete a un baño de sensaciones: olores, ruidos y sabores. El niño deberá ir identificando de qué se trata cada uno.

Conclusiones

La integración sensorial entonces, es requerida para comunicarnos, simbolizar, establecer relaciones interpersonales, adaptarnos al ambiente entre otros y que desde mi punto de vista constituye el pilar de base para el desarrollo y los procesos implícitos en el, desde la maduración neuromotriz hasta la adquisición del pensamiento abstracto y simbólico, encontrándonos así con una dificultad de base para la mayoría de los niños dentro del espectro del autismo.  Las terapias de integración sensorial, contempladas dentro de la Terapia Ocupacional favorecen a que estos problemas sensoriales vayan mejorando y a la par podemos entonces notar un avance en otras áreas del desarrollo.
Bibliografía
  1. Escorza Rodríguez, Olivia (2011): La integración sensorial como intervención educativa en alumnos con dificultades para aprender. XII Congreso internacional de teorías de la educación. Universitat de Barcelona
  2. Otsubo,Nancy Claudio Abel Freda, Alejandro Daniel Wilner,Adrián Diaz, Celeste Nessier, Haydée Echevarría (2004). Manual de desarrollo integral de la infancia. Argentina
  3. Puche Navarro Rebeca, Mariela Horozco Hormaza, Blanca Cecilia Horozco Hormaza (2009): Desarrollo infantil y competencias en la primera infancia. Bogotá, Colombia.

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